CUBA, ANALFABETISMO Y REVOLUCION
Dos términos que en la mayor de Las Antillas han demostrado estar en aguda y saludable contraposición
María del Carmen Betancourt
Corría el año 1959 y toda Cuba se prestaba a fortalecer la Revolución naciente. En esta etapa existían 9 000 maestros desempleados, una pequeña parte de ellos aceptó trabajar en zonas rurales.Por esta razón, Fidel hace un llamado a los jóvenes de secundaria básica, instándolos a enseñar a los niños del campo y de los lugares montañosos.El primer contingente de mil estudiantes recibió un entrenamiento práctico, para dar la enseñanza por un mes en Minas de Frío, Sierra Maestra. Le siguió a este grupo otro de mil y un tercero con una cifra superior.Al concluir la guerra hispano-cubano-norteamericana, el 57 por ciento de la población de Cuba era analfabeta.Los censos realizados indican que, en 1899, la cantidad de analfabetos ascendía al 56,8 por ciento; en 1907, era 43,4; de 38,4 en 1919 y ya en 1953 había un 23,6 de analfabetos.Tales índices de analfabetismo revisten mayor importancia si se tiene en cuenta que, por ejemplo en 1953, la población no rebasaba los cuatro millones 376 529 habitantes, con un millón 32 849 analfabetos (23,6 por ciento).Entre las zonas rurales y urbanas, la diferencia era notoria: el 50 por ciento de los niños en edad escolar, aproximadamente 800 000, no asistía a la escuela.Existían 17 000 aulas, cuando debían ser 35 000. Estos infantes sin escuelas vivían en el campo. Cada año aumentaba el ejército de adultos analfabetos.En los años de 1959 y 1960, la matrícula de las escuelas municipales era de 582 198 alumnos. En solo un año (de 1960 a 1961), se habían creado 15 000 aulas nuevas en zonas rurales y la matrícula en escuelas elementales había aumentado hasta un millón 118 942 alumnos.En marzo de ese mismo año se crea la Comisión Nacional de Educación y Educación Fundamental, por la Resolución Ministerial 08056. Al mismo tiempo, se constituyen las comisiones provinciales y municipales de Alfabetización y Educación Fundamental.La prensa, la radio y la televisión aún no estaban nacionalizadas y la Comisión Nacional de Alfabetización y la de Educación Fundamental conveniaron, con las direcciones de estos medios, acuerdos relativos a la introducción de materiales de publicidad en los diarios, y la emisión de programas especiales para la información a la población, titulados Mesa Redonda y Ante la prensa.La obtención de las primeras estadísticas de la educación en Cuba fue una tarea difícil para cada provincia. Las cifras no eran significativas. No se contaba con los resultados de todo el país. Al momento de iniciarse la Campaña de Alfabetización, había un total de 844 centros con 2 832 maestros y 19 075 alumnos. Se continuaron perfeccionando los cursos de superación para maestros, y se inicia una pesquisa sobre el vocabulario del campesinado cubano.Este momento propició la preparación de un material que recogiera la terminología capaz de resultar entendible por toda la población rural. Surge la cartilla revolucionaria. Esta idea generó la adaptación de los métodos internacionalmente utilizados hasta ese momento, pues estos, desde el punto de vista técnico, no se ajustaban a la situación específica del país y a la alfabetización.En una encuesta realizada por aquellos días se verificó que de 3 000 adultos, 360 eran analfabetos. Los exámenes de lectura se clasificaron en cuatro grados, teniendo en cuenta las dificultades: los que no alcanzaron el 50 por ciento de la lectura del primer grado se consideraban analfabetos.La preparación de cintas magnetofónicas para grabar conversaciones propició el conocimiento del lenguaje de los analfabetos y la valoración económica y social de ellos. La Revista Arma Nueva dedicó un número a los alfabetizados y el Boletín Informativo publicó diversos artículos dirigidos a los maestros y a los alfabetizadores de adultos.El Comandante en Jefe Fidel Castro informó, en septiembre de 1960, a la Asamblea General de la ONU, acerca del inicio oficial de la gran Campaña de Alfabetización, a partir del primero de enero de 1961, denominado Año de la Educación.Armando Hart Dávalos, ministro de Educación, indica las tres fases de desarrollo de la Campaña: la primera (enero a abril de 1961) destacaba el comienzo y la estructura orgánica y técnica; la segunda (mayo a septiembre) señala la participación de las organizaciones de masas y de la dirección política; y la última (fase de cumplimiento) permitió declarar a Cuba, el 22 de diciembre Territorio Libre de Analfabetismo.