Todo sobre la Educacion Cubana

"Servir a la Revolucion es la oportunidad mas grande y la labor mas bella que existe"

Tuesday, July 25, 2006

EMANCIPAR AL HOMBRE HACERLO BUENO DE VERDAD
Defendemos la alfabetización como un proceso liberador del ser humano, un proceso eminentemente político; donde la dialéctica del desarrollo cultural de los pueblos y su disfrute mayor o menor de libertad —como conocimiento de su necesidad y posibilidad de articular soluciones—, es modo de caracterizar el progreso social.
En las felices circunstancias del cuarenta aniversario de la Campaña Nacional de Alfabetización, nos asomamos a uno de los temas históricos más trascendentales: Educación cubana y latinoamericana de cara al Siglo XXI.
Nuestra América y la Cuba de hoy, demandan como nunca antes, saber, ideas científicas humanistas confiables, susceptibles de garantizar su desarrollo progresivo, y ello implica el estudio crítico de los fundamentos mismos de la socialidad a que hemos arribado, de la educación, la cultura, y la historia heredadas; y la elaboración de propuestas teóricas de alcance estratégico, que pasen a formar parte del paradigma revolucionario y fundamenten el rechazo al modelo deshumanizado, que intentan imponernos desde la dictadura del capital transnacional, y las fórmulas político filosóficas del liberalismo neoclásico.
La Educación es uno de los pilares del proyecto socialista cubano y como tal esta inserta en la aguda batalla ideológica de la contemporaneidad, que en nuestro caso se particulariza, en la lucha por el mantenimiento y desarrollo en la sociedad civil, de la hegemonía de las ideas y los valores revolucionarios.
La Educación, en el contexto latinoamericano y caribeño, también constituye un punto focal de los debates sobre las falencias, los retos y las perspectivas de la región. Aquí se pone de manifiesto más radicalmente la complejidad del subdesarrollo del área, frente a la magnitud y diversidad de los cambios económicos, culturales y tecnológicos producidos a nivel planetario.
Sobre el hecho alfabetizador en los medios académicos nacionales y en particular en los educacionales, se ha tenido la convicción de que este es un objeto de estudio suficientemente abordado, que como problema resuelto, se trata de una cuestión de la que sólo es dable hablar en términos conclusivos y pretéritos. Si coincidimos con el maestro español Claudio Lozano Sellas, en lo "inexcusable de la ausencia de líneas de interpretación sobre los procesos de alfabetización en América Latina y el Caribe", podemos plantearnos que estamos ante un fenómeno cuyo estudio, también ha sido postergado por la historiografía educacional del área.
Partimos de la consideración de que este trascendental logro de la Revolución Cubana; ha sido hasta ahora, escasamente explotado en todas sus potencialidades intelectivas, en sus valores pedagógicos, culturales, éticos, ideológicos y políticos, y ahora —más que nunca—, debemos ir a la búsqueda de esos valores. Sostenemos tres criterios directrices fundamentales:
Primero: Si se trata hoy de relanzar la Revolución Educacional, como parte del gran movimiento cultural masivo con el que la genialidad del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, asegura poder salvar al hombre en medio de una feroz globalización capitalista; entonces resulta decisivo, estudiar desde sus raíces las formas y vías —sus esencias martianas y socialistas— que para avanzar el protagonismo de la sociedad civil revolucionaria, se pusieron en práctica tras el triunfo de la Guerra de Liberación en 1959.
Segundo: La demanda de intelección que sustentamos desde las Ciencias Pedagógicas, también tiene su expresión particular en el terreno historiográfico, propiamente dicho. En la historiografía revolucionaria cubana, es consensual considerar que las nacionalizaciones de agosto y octubre de 1960, y la Primera Declaración de la Habana, constituyen las medidas económicas y políticas que cualifican el camino socialista que se declara y defiende públicamente ante la inminente invasión mercenaria, y que Girón es ya, la victoria militar y política del socialismo. Sin embargo, no han sido suficientemente esclarecidos, cuáles son los hechos que contribuyeron a la construcción y triunfo de la alternativa socialista a nivel de conciencia social, y en tal dimensión, la alfabetización pudiera representar una importante clave para la interpretación.
Tercero: La educación como aparato de construcción de hegemonía en el seno de la sociedad civil cubana de principios de la década del sesenta y en particular la concreción de la relación pedagógica que representó la alfabetización, puede aportar un válido nudo de reflexión, para quienes buscan en el socialismo cubano un punto de análisis para construir sus respuestas.
El tránsito cubano hacía el socialismo en el Siglo XXI, tiene como desafío trascendente la lucha contra las significativas fuentes sociales de enajenación que han reverdecido tras la ampliación de las relaciones de mercado, el incremento del trabajo de subversión ideológica del imperialismo norteamericano y la influencia en determinadas zonas del organismo social cubano de la crisis de valores y la cosificación del ser humano que es predominante en el mundo burgués que nos rodea. El enfrentamiento práctico inmediato de tales fenómenos regresivos y la continuidad del crecimiento humano que ha posibilitado el socialismo en nuestra patria; exige el incremento de la calidad y la eficiencia social de las vías y métodos del trabajo político ideológico, de la labor cultural, y de la gestión educacional en particular.
La calidad y eficiencia que referimos —y ello ha sido puesto de manifiesto tanto en el campo de la ciencia como en el del ejercicio de la política revolucionaria— pasa ante todo por modificaciones en el sentido socialista de la posición real de los ciudadanos, y en primer lugar de los trabajadores, en el proceso de producción y gestión social y cultural, en su despliegue y dirección real. En esta búsqueda de presente y futuro, el estudio de las claves del movimiento educacional de masas de la alfabetización, las experiencias de la Campaña Nacional de Alfabetización y de las formas de participación popular que en estos años se forjaron; se presentan como una interesante contribución histórica para pensar la teoría y la práctica de la transición socialista en nuestro país, y como parte de esta, de una pedagogía socialista cubana.
En la perspectiva enunciada, la sistematización y generalización desde la experiencia cubana, de criterios de validez universal, para la lucha por el triunfo de las alternativas progresivas, constituye un necesario aporte al combate anticapitalista en el campo de la Pedagogía, de las luchas por la educación popular y de la alfabetización en particular.
Lo primero que puede subrayarse es la perspectiva ética, el valor humanista. Como señalara oportunamente Fidel Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y Gobierno de la República de Cuba, en 1983, ante los dirigentes estatales y políticos del llamado Tercer Mundo, no es accidental el hecho de que la distribución geográfica y social del analfabetismo sea casi idéntica a la de la pobreza:
"El analfabeto es, por regla general, también el más pobre, el peor alimentado, el menos saludable, el más marginado y explotado. Tras las cifras de analfabetismo se advierte la frustración del desarrollo de las facultades y potencialidades del hombre, la limitación del individuo como persona y como integrante de una comunidad, la explotación y la ignorancia de un mejor destino, y asoma el drama social del subdesarrollo, la pérdida de la identidad nacional, el atraso social y económico".
La cifra de analfabetos en el planeta es de 884 millones de personas, y el pronóstico para el 2005 sólo prevé la reducción del problema hasta los 869.5 millones de individuos. Según el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del total de iletrados, el mundo subdesarrollado tiene mas de 840 millones, y las perspectivas de reducir esta cifra se alejan sustancialmente cuando se conoce que, además, unos 110 millones de niños en edad escolar no asiste a las aulas. Los estimados para América Latina y el Caribe tampoco son estimulantes, la cifra de 42.9 millones de analfabetos existentes en 1995, sólo se reducirá en 1.7 millones para el 2005.
La dependencia de la alfabetización de los criterios de progreso social que se sustenten, de la política de desarrollo que se impulse, suma a su enfoque ético, un contenido eminentemente ideológico. La colocan en el centro de la confrontación ideológica y política que se desarrolla en nuestra época entre los partidarios del avance de la humanidad y los sostenedores del inhumano orden capitalista
Defendemos la alfabetización como un proceso liberador del ser humano, un proceso eminentemente político; donde la dialéctica del desarrollo cultural de los pueblos y su disfrute mayor o menor de libertad —como conocimiento de su necesidad y posibilidad de articular soluciones—, es modo de caracterizar el progreso social. .

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