
Estudiantes calientan el verano en Cuba
Para los estudiantes cubanos, el verano es mucho más que calor y vacaciones. Justo cuando concluyen su calendario escolar se movilizan de manera voluntaria hacia tareas productivas a través de las Brigadas Estudiantiles de Trabajo, una muestra de su compromiso con la Revolución, que en este 2006 activaron en Camagüey a casi 16 mil jóvenes.
Los integrantes de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media se vincularon con 23 organismos, entre los cuales Educación y el Ministerio de la Construcción asumieron la mayor cantidad de movilizados. Casi cincuenta mil alumnos de los preuniversitarios e institutos politécnicos apoyaron la reparación de escuelas, policlínicas y hospitales, el mantenimiento de la base material de estudio y de vida con que se iniciará pronto el nuevo curso y la producción agrícola en huertos y áreas de autoconsumo.
Sus “hermanos mayores” de la Federación Estudiantil Universitaria —casi 10 mil movilizados en toda la provincia— demostraron, como habían hecho durante el curso, la profunda vocación social de una universidad que se multiplica, no sólo en sedes en todos los municipios y mayor número de matriculados, sino en su esencia revolucionaria.
Unos se mantuvieron con sus habituales “uniformes” para apoyar los servicios de la Salud en los cuerpos de guardia de policlínicas y hospitales, y las actividades recreativas del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) en las comunidades.
Otros palparon y moldearon la realidad del país en misiones vinculadas al ahorro, la distribución de artículos electrodomésticos que mejorarán la calidad de vida del pueblo y diversas tareas de la Revolución Energética.
Junto a la diversión y el descanso propio de los actuales meses, los estudiantes cubanos colocan cada año su compromiso con la Revolución y con la edificación de una obra que saben les pertenece. Las Brigadas Estudiantiles de Trabajo, que llegan en estos días a su final, así lo demuestran.
Para los estudiantes cubanos, el verano es mucho más que calor y vacaciones. Justo cuando concluyen su calendario escolar se movilizan de manera voluntaria hacia tareas productivas a través de las Brigadas Estudiantiles de Trabajo, una muestra de su compromiso con la Revolución, que en este 2006 activaron en Camagüey a casi 16 mil jóvenes.
Los integrantes de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media se vincularon con 23 organismos, entre los cuales Educación y el Ministerio de la Construcción asumieron la mayor cantidad de movilizados. Casi cincuenta mil alumnos de los preuniversitarios e institutos politécnicos apoyaron la reparación de escuelas, policlínicas y hospitales, el mantenimiento de la base material de estudio y de vida con que se iniciará pronto el nuevo curso y la producción agrícola en huertos y áreas de autoconsumo.
Sus “hermanos mayores” de la Federación Estudiantil Universitaria —casi 10 mil movilizados en toda la provincia— demostraron, como habían hecho durante el curso, la profunda vocación social de una universidad que se multiplica, no sólo en sedes en todos los municipios y mayor número de matriculados, sino en su esencia revolucionaria.
Unos se mantuvieron con sus habituales “uniformes” para apoyar los servicios de la Salud en los cuerpos de guardia de policlínicas y hospitales, y las actividades recreativas del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) en las comunidades.
Otros palparon y moldearon la realidad del país en misiones vinculadas al ahorro, la distribución de artículos electrodomésticos que mejorarán la calidad de vida del pueblo y diversas tareas de la Revolución Energética.
Junto a la diversión y el descanso propio de los actuales meses, los estudiantes cubanos colocan cada año su compromiso con la Revolución y con la edificación de una obra que saben les pertenece. Las Brigadas Estudiantiles de Trabajo, que llegan en estos días a su final, así lo demuestran.
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