Todo sobre la Educacion Cubana

"Servir a la Revolucion es la oportunidad mas grande y la labor mas bella que existe"

Friday, September 29, 2006


Prestigiosa experiencia de la Educación en Cuba

Desde los primeros años de la década del sesenta, el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, General de Ejército Raúl Castro Ruz, tuvo la preocupación por que la Revolución se encargara de la educación de los huérfanos que habían perdido a sus padres con motivo de la lucha de liberación.
José Ramón Fernández y Asela de los Santos rememoran los inicios de los Camilitos.
A este propósito inicial se le agregó la necesidad de la formación de una cantera que nutriera los centros de enseñanza militar con jóvenes adecuadamente preparados que vencieran las materias y se formaran como oficiales de las FAR, por eso se fundan las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos (EMCC), que el próximo 23 de septiembre arribarán a su aniversario 40.
Acerca de la situación educacional en Cuba heredada de los gobiernos de turno y el preámbulo de la creación de los "Camilitos" comentaron a Granma José Ramón Fernández, entonces jefe de la Dirección de la Preparación Combativa, y Asela de los Santos, quien en esos años estuvo al frente de la Dirección de Enseñanza de las EMCC.
Cuando triunfa la Revolución, solo el 55% de los niños de 6 a 12 años iba a la escuela, rememora José Ramón. Unos pocos llegaban a la enseñanza media, y a la Universidad asistían los privilegiados. En primer grado llegó a acumularse el equivalente a tres generaciones; había casi medio millón de alumnos en ese grado entre 6 y 10 años. El desequilibrio en la pirámide educacional era inmenso, por lo tanto era difícil encontrar a los estudiantes adecuados para las escuelas militares y formarles el deseo de matricular en esos centros.

El coronel José M. Rodríguez Corcho lleva 37 años vinculado con los Camilitos.
El tránsito de núcleos más pequeños a más grandes fue lo que nos permitió enfrentar aquella situación con los muchachos, algunos de ellos semianalfabetos, pero caracterizados por su nobleza y disciplina. Procedían de los estratos más humildes de la sociedad y con 14 y 15 años muchas veces tenían apenas tercero o cuarto grado, por lo que hubo que elevarles el nivel, sobre todo en los primeros dos años de la escuela, precisa Asela, quien hoy labora como investigadora de la Oficina del Historiador de las FAR.
"La idea de los Camilitos no surgió de hacer escuelas primero y buscar alumnos después, sino de comenzar a recoger experiencias, opina el actual Vicepresidente del Consejo de Ministros. En centros similares que existían en otros países se investigaron referencias que nos sirvieran para meditar, discutir y examinar soluciones al problema de la cantera para las escuelas de cadetes, ya que la formación de oficiales en todas las especialidades exige una preparación educacional que hagan asequibles al estudiante los conocimientos que se requieren."
En las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos, nombre otorgado por iniciativa de Raúl y que de inmediato fue bien aceptado, siempre se tuvo la preocupación por acercar a los jóvenes y adolescentes a la vida militar de un modo factible, a la par que formaban en ellos una idea de entusiasmo, disciplina y sentido patriótico, expresa José Ramón. Por eso se consultaba el tema del uniforme, la posterior incorporación de las hembras, ya que al principio solo se aceptaban varones y la regla de tener aprobado el 9no. grado para ingresar al centro.
La primera EMCC tuvo su sede en la entrada del poblado de Punta Brava, pero al poco tiempo se decidió su traslado para una instalación en Playa Baracoa, provincia de La Habana. En esta escuela se cursaba la secundaria y el preuniversitario.
En 1968 había cientos de alumnos, por lo que se comienza a incrementar este tipo de escuelas tan decisivas para la renovación constante del cuerpo de oficiales y para mantener unas Fuerzas Armadas bien calificadas. Se llegaron a ocupar y habilitar, con las condiciones de vida apropiadas, locales acondicionados en Matanzas y Holguín. Los grandes proyectos constructivos surgieron después de que estuvo asegurado el éxito de la experiencia.
Su plan de estudio fundamental fue el mismo de las escuelas del sistema nacional de Educación, explica Asela. Si un alumno cursaba tres años allí y después causaba baja, y sus estudios no eran compatibles con los de otras escuelas no militares, no solo era una frustración para el alumno, sino que era un descrédito para el sistema.
Estas escuelas no son una forma de vida, sino una razón de orden patriótico, de vocación desarrollada para someterse al esfuerzo que a lo largo de toda la vida, sobre todo en los primeros grados, tiene que desarrollar un oficial, precisa José Ramón.
"Los que han llevado adelante este trabajo pueden sentirse orgullosos de lo hecho e insatisfechos porque siempre puede hacerse mejor. En mi opinión han cumplido su objetivo, el de formar una cantera sólida de oficiales que junto a los de otras procedencias dan a las Fuerzas Armadas una formación más general y una composición apropiada. Son estas escuelas muy prestigiosas, hermosa experiencia de la educación en Cuba."
LOS MEJORES 37 AÑOS DE MI VIDA
Para el coronel José Manuel Rodríguez Corcho, jefe de la Sección de Cuadros del Ejército Occidental, quien comenzó a dirigir en los Camilitos con apenas 25 años, el trabajo con jóvenes es muy agradecido, difícil pero hermoso.
En su opinión, uno de los principales logros de esta enseñanza es haber graduado, en sus 17 escuelas, a más de 84 000 alumnos de preuniversitario de varias generaciones. De esos egresados, muchos ostentan actualmente responsabilidades en el Partido, el Gobierno y otras instituciones. En las FAR han alcanzado altos grados militares como coroneles y generales.
"Puedo asegurar que no hay actividad económica, política y social del país en que no se encuentre el aporte de uno o varios ex Camilitos.
"Las EMCC han evolucionado con el decursar de la Revolución. Sabemos que aún queda mucho por hacer, pero los avances son palpables. Estas escuelas se han parecido a cada etapa de la Revolución y hoy son su fruto legítimo."
Han pasado 37 años desde que el coronel Corcho se vinculó con los Camilitos. En todo ese tiempo ha conocido a valiosos jóvenes de los que ha aprendido. Como oficial y educador, ha tenido reveses cuando ha tenido que dar de baja a un alumno por no cumplir con los requisitos establecidos, pero también mucha alegría cuando se gradúan. Ha compartido su labor con excelentes oficiales, profesores y trabajadores. Dentro de las experiencias inolvidables, destaca la de marchar a Angola en 1988 con el contingente de Camilitos que realizó allí su etapa de precadetes.
"Las escuelas han sido parte inseparables de mi vida y casi no puedo caminar por la calle sin que alguno de sus alumnos me salude, y me llame director o jefe. Entonces nada me recompensa más; estoy seguro de que son los mejores 37 años de mi vida, porque los Camilitos han sido eso, la parte más importante de mi vida."
Las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos han sentado base dentro de la Educación en Cuba. En la sociedad, su nombre es sinónimo de disciplina y rigor, pero también de intransigencia y firmeza revolucionaria.

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